Maki quiere reelegirse sin haber pagado
SUS CUOTAS AL PAN
El escritor político mexicano, Paco Ignacio Taibo II, escribió su opera prima, “Ah que risa me dan los políticos” (1992) en donde recopila y retrata en dos tomos anécdotas de la vida política de nuestro país y de muchos de sus sui géneris personajes. Pero sí de ser sinceros se trata, la obra del literato político-costumbrista no estará completa hasta que integre en sus capítulos la vida de la alcaldesa de Reynosa, Maki Esther Ortiz Domínguez, quien sí pasará, seguro es, a la historia de México, como una funcionaria que quiso ganarse el futuro a través puro rollo, de su incapacidad para gobernar, de sus malos resultados y por su forma de tratar despectivamente a colaboradores y ciudadanos. Maki ha sido para Reynosa un fraude y una histórica decepción.
Desde que asumió la alcaldía de Reynosa el primero de octubre de 2016, Maki se dedicó a gastar el dinero de los contribuyentes en la realización de encuestas “a modo” para que sus orejas pudieran escuchar el canto de las sirenas, y compartir sus beneficios con quienes ella creyó serían los artífices, llegado el momento, de su reelección. Así pues, Maki ha viajado a la capital del país en diversas ocasiones con sus encuestas “hechizas” bajo el brazo y sus viáticos pagados, por los ciudadanos, claro, y pidió cita con Ricardo Anaya para decirles que ella y nadie más es quien debe abanderar al PAN en Reynosa en la elección del primero de julio próximo.
¿Y qué pasó en esos viajes? No mucho. Maki nunca fue recibida ni atendida por el candidato presidencial de ese partido, Ricardo Anaya Cortés y quien la recibió fue el Secretario General del blanquiazul, quien la escuchó y vio los resultados de sus encuestas marca “Acme”, pero hasta ahí. Después, Maki, escudada por el orgullo de su nepotismo, Carlitos, a quien mami hizo presidente del DIF Municipal sin más merecimiento que ser su vástago, la acompañó a Tampico a la búsqueda de Ricardo Anaya, quien nuevamente no la recibió. Dicen los más avezados y agudos observadores, que Anaya Cortés simplemente le dio el avión a Maki.
Y es que en los últimos días Maki ha estado más que desesperada por ser designada como la candidata del PAN, “su partido” para la reelección del Ayuntamiento de Reynosa, lo que definitivamente no va a suceder. ¿En qué baso mi análisis? Simple. En tres elementos que han marcado la gestión de la alcaldesa Maki al frente del municipio: primero, Maki no ha cumplido a los ciudadanos ni el diez por ciento de lo que les ofreció en la campaña del 2016; segundo, a lo largo de estos meses que lleva al frente del Ayuntamiento, se ha dedicado a la “Dolce Vita”, a través de amigos, familiares y cómplices. Pruebas de la corrupción en el Ayuntamiento, de la impunidad, del abuso en el uso de los recursos públicos municipales, hay y miles, al grado de que la ciudad está al borde del colapso en perjuicio de quienes allí viven.
Pero ahora, se ha hecho público que Maki en el colmo de la desfachatez, ni siquiera ha pagado las cuotas a las que como miembro del Partido Acción Nacional y como servidora pública emanada de ese partido, tiene la obligación y el compromiso social. Así como Usted lo escucha. Maki no ha cumplido con el pago de cuotas al partido que le dio las siglas y que la llevó al poder. Y ni modo que Maki diga que no tiene dinero, porque hoy, después de denunciados tantos y tantos actos de corrupción, estamos seguros que lo que le sobra a la señora presidenta es dinero.
Y si no me cree, entonces que diga Maki a donde fueron a parar los recursos millonarios que ha logrado obtener de los jugosos y lucrativos negocios que se han venido haciendo en Reynosa desde la oficina principal del Palacio Municipal: que explique cuanto se obtuvo de la venta al doble de su precio de las luminarias; que diga a que cuenta va a parar el dinero que se ganan al venderle al ayuntamiento los botellones de agua Blanquita al doble de su precio; o cuanto han obtenido del sobreprecio de más de cincuenta por ciento al que se pagan las cajas de papel bond, con dinero de los ciudadanos por supuesto.
Además, a donde fueron a parar los famosos 90 millones en la cuenta que encontraron un año después a nombre del ex alcalde José Elías Leal. O a donde van a parar los recursos que no son fiscalizados y que provienen del piso que se cobra a los ambulantes, de la cuota de los carretoneros, de alcoholes, de espectáculos públicos, de lo que dejan de pagarles a los notificadores del predial. Dinero si hay y mucho. Lo importante sería conocer a lujo de detalle a donde va a parar y porque y desde cuando Doña Maki no paga sus cuotas al PAN.
Y es que de acuerdo al Reglamento de las Relaciones entre el Partido Acción Nacional y los Funcionarios Públicos de Elección Postulados por el PAN, en su Capítulo I, “Disposiciones Generales”, en su Artículo 6, dice a la letra: “Son obligaciones de los funcionarios públicos a que se refiere el presente reglamento: a. Desempeñar sus funciones con honestidad, eficiencia y espíritu de servicio. b. Participar en las actividades del partido, mientras no afecten sus obligaciones como funcionarios públicos. c. Asistir a las juntas de trabajo, así como a eventos similares que sean citados por los comités respectivos o por la coordinación del grupo. d. Los funcionarios públicos que desempeñen un cargo de elección popular deberán contribuir con una cuota al partido, de acuerdo a sus percepciones netas, incluidas todas las remuneraciones que reciban por el ejercicio de su cargo, después de descontar los impuestos correspondientes, cualquiera que sea la denominación que les dé la entidad pagadora. e. Cumplir con las demás que establezca el presente reglamento”. https://www.pan.org.mx/wp-content/uploads/downloads/2016/01/Reglamento-de-las-relaciones-PAN-agrupaciones-intermedias-3.pdf
Y si por algún motivo estos argumentos no fueran suficientes para Usted querido lector, le diré que sería muy complicado para la ciudad, para Reynosa, amarrar nuevamente su destino en los próximos tres años a una persona cuya salud física, mental y emocional está mucho muy mermada, salud que cada día que pasa se quebranta a pasos acelerados. Por ello, a estas alturas, Maki no garantiza, de ninguna manera, llevar a buen puerto un proyecto de ciudad de la envergadura que necesita Reynosa y si, por el contrario, en el hipotético caso que Maki lograra reelegirse, se incrementaría sensiblemente el riesgo de que las cosas se vayan deteriorando aún más de lo que ya están hoy en día.
En resumen, dijera la Nana Goya, Maki es como el azadón: todo para acá y que se jodan los de allá. Insisto, de acuerdo a mi análisis y más allá de lo que dicen las encuestas pagadas ella con dinero público, la sociedad de Reynosa no la quiere, los panistas no la quieren, los empresarios tampoco la quieren. Habría que ver, entonces, si en su casa la quieren, porque a estas alturas del “partido”, Maki se ha convertido en un lastre difícil de remolcar para cualquiera.
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